SIGUIENDO TU HISTORIA
Por Luz Marina Méndez

Ahora que deseo proseguir tu historia, tristeza profunda alberga mi corazón. …Y heme aquí, bajo el ala inerme de la brisa ardiente, poniendo en letras, los secretos de tu alma penitente.
Estas aquí. Pon tu ánfora sobre el rescoldo de tu alegría y ven a beber; a beber del fruto de la vid.
¡Mírala! ¡Inerme y fría!, cual filosa cuchilla absorbiendo las horas, la memoria, la vida. El canto de los pájaros se ha disecado y la torva muerte aún fenece bajo sus pies.
¡Viva la vida! ¡Viva la muerte!
En tu ausencia, impregné mis dedos con el agua de aquella fuente y una y mil veces pinté en pedazos tus suaves labios y amarré en secreto tus largos cabellos. Y ni qué decir, de esos, tus grandes ojos negros.
¡Divino azabache que aun pende de mis sentidos!
A ellos, compuse mis mejores poemas y en letras, bañe tu cuerpo cual broche de primavera.
Así fue y me alegro que así haya sido. No de otra manera, de mis ojos no hubiese salido tal mirada, ni de mis manos verso alguno.
Ansiando saborear tus recuerdos, sentía dentro de mí un cúmulo de cenizas cuyo fuego aún quemaba.
Por instantes te amé como el que más, y por otros, te odie.
Lunas enteras seguí la luz moribunda que marcaban tus pasos… ¿para qué? - Me pregunto hoy.
Quizás la fuerza de mis venas, aún enarbola la pluma que desea a través de mis palabras dar vida a tu vida, o de un tajo, quebrar la cepa débil que me permita por fin, escribir de ti, no de mí.
Foto tomada de desmotivaciones.es