10 RECOMENDACIONES FOLCLÓRICAS Y DE LA MEDICINA POPULAR PARA NO ENFERMAR EN LAS FIESTAS DE FIN DE AÑ

“[. . . ] O si tienes algunas recomendaciones médicas para no enfermar en las fiestas . . .” - me escribe una amiga. OK, ya sabemos que para eso casi no hay recomendaciones. No obstante, hay unas 10 precauciones que se deben tomar en cuenta y he aquí los puntos de interés:
1. Si vas a tener un episodio de estreñimiento, no te quedes sentado en el inodoro tratando de expulsar lo que no sale. Puede que estalle una arteria en la cabeza, pues ello es como una olla de presión, o que sucedan aneurismas en tales casos.
2. Lleva contigo un pequeña , una botellita de güisqui en miniatura, de esas que venden en los aviones, la limpias, la llenas de aceite de oliva extra-virgen y cuando sientes malestar en la boca, sea por acidez[la lengua esta roja [sea por alcalinidad [la legua es blanca], te pones o metes en la boca, o tomas dos tres tragos de la botellita y dejas ese aceite unos ocho minutos en la boca, como en un enjuague, pasando la lengua por detrás y por delante de los dientes. Así el pH de la saliva se va a moderar y equilibrar, y todo perfecto. Ese aceite que ha estado unos minutos en la boca, no lo tragas, lo escupes, y luego tomas un poco de agua para sellar y cerrar el trato con el pH.
3. Debajo de las axilas vas a pasar las manos [la derecha para la axila izquierda y la izquierda para la axila derecha] previamente ungidas con unas gotas de aceite de ajonjolí, [unas gotas que pones en la palma]. Ese aceite no sólo elimina el olor de sudor en las fiestas, sino que modera también la tensión arterial, pues ese punto es una puerta hacia el corazón.
4. Corta las uñas de las manos y de los pies antes de las fiestas: eso hace que el organismo responda mejor a los abusos del comer y del beber y te dará una gran agudeza de la vista, pues las uñas son controladas por el hígado que así expulsa en la queratina unas toxinas que no ha podido procesar. Al ser cortadas las uñas, el hígado queda menos atareado con lo de la purificación, pues es una verdadera planta de purificación del cuerpo.
5. Cuando vas a una fiesta, sea de Navidad, sea de fin de año, sea de Reyes - que son las tres fiestas principales de esta época del año-, hay que ir preparado para los abusos. Los abusos son de todo tipo: abuso de bailar, abuso de comer, abuso de beber, abuso de hablar, abuso de callar, abuso de sexo, abuso auditivo, por los juegos artificiales, abuso de pensar en las preocupaciones que todos arrastramos hacia el nuevo año, [que se agudizan en esta época], abuso monetario, [pues todos gastan a troche-moche en cosas que poco sirven], abusos “doráicos” - o sea de un excesivo deseo de regalar cosas a todo el mundo [la palabra viene de “dora” - ‘regalo’, en griego], abusos de memoria [pues nos la pasamos recordando inútilmente los tiempos “felices” que hemos pasado” en años anteriores], abuso de protección [pues estamos rumiando mil proyectos de negocios para el año que llega] y el peor de los abusos - [esto va con los enfermos graves y con los ancianos - pues es la angustia del acercamiento a la muerte] - el abuso existencial. Calma, todo está escrito en ese renglón, menos el suicidio. Si osas pensar en el suicidio como salida de tus problemas, te advierto que el que se quita la vida no muere, sólo queda viviendo sin cuerpo el tiempo que el destino le ha deparado en el código genético. Este desgraciado que se ha quitado la vida, sigue teniendo sed y hambre, frío y calor - pero no tiene cuerpo, pues ya se lo ha quitado de encima-. Por tanto, borra de tu lista de proyectos, el suicidio, pues no es un recurso para dejar de sufrir.
6. Cómprate diez dados, [se venden en tiendas especializadas de juegos ] y llévalos en el bolsillo para regalar, pues es el mejor regalo espontáneo que alguien puede hacer a cualquiera. Junto con el dado le vas a regalar esa graciosa historia del secreto del dado: el dado es el objeto o artilugio matemático más antiguo de la humanidad. Su ley aritmética es que las caras opuestas suman siempre siete -el número que representa la “verdad”. Imagínate un dado tan grande como tu altura. Alrededor todo el mundo puede ver el número de una cara, o de dos, pero no puede ver el número que gana, pues necesitaría elevarse un poco, subir con una pequeña escalera para ver qué numero tiene la cara superior. Las caras laterales son las opiniones de la gente que está alrededor - cada quien ve su número y sin embargo ese número no es el que gana, y en consecuencia no tiene ningún valor. El que gana es el número de la cara superior que nadie ve, al menos que se eleve un poco por encima de las circunstancias laterales. Este número de la cara superior es la “realidad”, es la que gana, siempre. Debajo, la base, es el misterio y la ficción de la realidad, pero al conocer a la realidad (as o número) conocemos también, sin verlo, el número del misterio de la realidad. La vida y el diario convivir es como un dado.
7. El mejor amuleto para las fiestas es un pedazo de carbón negro, que debes conseguirlo y llevártelo en el bolsillo, o en su bolso. Es como una esponja que chupa y absorbe todo lo excesivamente negativo. Escoja de entre un montón de carbón, un pequeño pedazo de unos dos centímetros, o un centímetro cuadrado. Hay que coser una pequeña envoltura de seda negra y da una vuelta al tejido para que la parte interna de la envoltura esté por un momento en el exterior. Hay que frotar con cierta decisión, como si fuese por ansiedad, toda la superficie de la envoltura con jabón seco, el jabón de azufre, [jabón “Las Llaves” - por ejemplo]. De nuevo, de la vuelta a la envoltura para que la zona de la superficie ungida con jabón quede en el interior. Meta en el bolsito el pequeño pedazo de carbón y cierre la envoltura cosiéndola con hilo azul. Si quieres otro amuleto más, el que se usa como “contra”, metes en un saquito de tela negra, cerrado con un cordoncito corredor, como el galgo de Don Quijote, unos trozos de carbón de leña. Cuelgas el saquito al cuello y lo llevas durante los siete días de las fiestas. Por la noche, vas a poner el saquito cerca de ti, que te acompañe, en la mesita de noche. Transcurridos los siete días, sacas el carbón de leña del saquito, lo envuelves con un papel chino de arroz [ no debes tocar el pedazo de carbón con los dedos] y lo arrojas a un río o a un arroyo - es agua corriente que todo se lo lleva al mar-. Vas a poner en el saquito ya preparado un nuevo pedazo de carbón de leña que vas a llevar por unos siete días más. Para ahuyentar, o para limpiarse de un llamado “mal de ojo”, hay que renovar cuatro veces este procedimiento científico y energético. Son cosas de laboratorio mágico, que a muchos hacen sonreír, los entendidos se callan y lo toman en serio. Digamos que has llevado siete días el cuarto pedazo de carbón de leña. Vas a sacar el carbón de su envoltura protectora, y arrojas ese conjunto a un río o a un arroyo - que sea agua corriente-. Esas operaciones se deben hacer empezando y terminando durante la noche del viernes al sábado, en la semana.
8. Para curar a los enfermos vas a tener debajo de su cama [la cama del enfermo] durante siete días, una taza o jícara o recipiente de madera que contenga algunos fragmentos de carbón de leña. Al llegar al séptimo día, vas a arrojar al agua [corriente] todos los pedazos de carbón de leña, que han estado allí debajo absorbiendo el exceso de frío o de calor.
9. Si pasas por un camino, carretera, calle o cualquier otra vía y encuentras un pedazo de carbón, - ¡es un signo muy bueno! -. Para: junta los talones, agáchate, recoge el pedazo de carbón con la mano derecha y lánzalo hacia atrás, por encima del hombro izquierdo, como se hace con la sal cuando se derrama. Sigue tu camino sin detenerte ni mirar hacia atrás. Claro, ese evento es para que la protección dure un solo día, no esperes que dure una eternidad, ni por secula seculorum. Pero ¡Ojo! ; No vas a lanzar el pedazo de carbón demasiado fuerte. Ese pedacito tiene que caer suavemente al suelo, inmediatamente después de haberlo pasado o de haber pasado por encima de tu hombro. Si antes de tocar el suelo, golpea un árbol, o toca a una persona, o a un edificio, o casa, caen de nuevo encima de uno, todos los negativos pensamientos, celos, envidia, livor y rencores de mil amores - de los que el carbón acababa de librarle y ahuyentar a la porra-.
10. El último y décimo consejo es eso: que lo mejor de las fiestas es disfrutar con suavidad y optimismo, sin excederse en nada, siempre buscando el punto neutro de la armonía de las cosas humanas de la familia, de la salud, del dinero, de los viajes del sexo, de la casa, del ocio y de la poesía. Ya hemos dicho mil cosas sobre lo mágico y en cuanto a Dios, tenerlo presente siempre en todos nuestros pensamientos, sentimientos y movimientos. ¡Felices Fiestas para ese nuevo año 2015!
Foto: stmarys-sprotbrough.co.uk