MARCELO GOTH BECH
AVENTURERO ETERNO Y AMANTE INCONDICIONAL DE LA NATURALEZA.

Mi amigo Marcelo nació en Tres Arroyos, Provincia de Buenos Aires, Argentina, el 20 de mayo del 1965. Sus padres -ambos de ascendencia danesa-, no tardaron mucho en notar el espíritu inquieto que llevó a su hijo a desarrollar esa necesidad, tan arraigada en él, de aventurarse lejos de casa, de andar sendas nuevas y perderse a placer en parajes lejanos, para respirar el aire de sus noches y despertar con la luz, aún indecisa, de sus mañanas.
No era de extrañar que en sus andanzas por las sierras, los valles, las playas y los ríos de Argentina, Venezuela, Chile, Bolivia, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y tantos otros lugares, se hiciera aficionado a la caza y la pesca y que, de tanto juntar leña bajo el cielo abierto para cocinar sus presas, se haya convertido en la flor de parrillero que hoy es… porque eso es el “Ché” Marcelo: un gran amigo y anfitrión, un argentino de pura cepa; un aventurero eterno que armado, ya no de un rifle, sino de su cámara, emerge de sus ropas de hombre de negocios citadino, para buscar nuevos parajes y nuevas presas, y capturar su esencia con disparos de obturadores y diafragmas, y cazarlos con el gran amor que siente por la vida y la naturaleza.
Marcelo es padre de dos hijos. Hoy vive y trabaja con su esposa, en Guatemala, pero no hay frontera que lo detenga cuando se trata de fotografiar cosas que a los mundanos nos pasan desapercibidas, y mostrarnos eso sublime que hay en la gente, el paisaje y los animales, descubriéndolo para nosotros, como un mago, con su don y su arte.
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Foto proporcionada por Marcelo Goth Bech