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¿QUÉ ANIMALITO TE GUSTARÍA SER?





Esta es una pregunta que seguramente muchos han escuchado más de una vez en la vida, se trata de un juego y se la puede escuchar tanto en pláticas sociales como en programas de radio y televisión. Cuando es en programas seguramente es una estrategia para hacer que las personas participen y poder hablar de un tema agradable a la mayoría. ¿A quién no le gusta hablar de animalitos?


Me dirigía al trabajo y en la radio que escucho cuando voy en el automóvil hacían la pregunta al aire, y los radioescuchas parecían felices de poder compartir sus respuestas con todos. Yo quiero ser un águila decía una, yo un león agregaba otro, alguien quiere ser ballena para nadar por el mundo y hasta hubo una persona que dijo querer ser un delfín para hacer reír a las personas haciendo payasadas.


Uno por uno fueron explicado los motivos por los cuales eligieron a su animal, siempre basándose en cualidades como la valentía, la libertad, la alegría, entre otras cosas. Y es acá el momento en el que me pregunto si son cualidades de los animales o de los seres humanos. Quizá no me doy a entender y tendré que ampliar un poco con el siguiente ejemplo: ¿es la valentía una cualidad de los leones? Vale la pena que lo pensemos por un momento, obviamente miedo no nos tienen (a no ser que hayan tenido experiencias negativas en su interacción con el humano), un león es capaz de atacar a un cazador a pesar de que éste tenga en sus manos un arma; y nosotros pensamos lógicamente que qué valiente es el león ya que ninguno de nosotros atacaría a un hombre armado y dispuesto a disparar a mano limpia. ¿Pero es eso valentía o simplemente los leones son así?

Los pobres delfines dan la impresión de que se la están pasando de lo lindo cuando nadan en una piscina y la gente aplaude a más no poder. ¿Qué tan distinto es esto de un tigre al que le pegan con un látigo para obligarlo a saltar por un aro de fuego? La diferencia es que el tigre ruge, quizá hasta lance un zarpazo al domador antes de saltar de mala gana, mientras que el delfín parece divertirse. Digo que parece porque no le queda de otra, los ojos del delfín están fijos y casi no pueden hacer expresiones con los mismos, además son ojos grandes, como de bebé y eso los hace tiernos, para su desgracia tienen un hocico muy largo y eso les otorga una sonrisa permanente que jamás pueden borrar, no importa si están enfermos o tristes, siempre tendrán esa sonrisa en sus caras.


Volviendo a la pregunta que se hizo en la radio, las personas eligen a un animal y se basan en cosas que a ellos les gustaría ser o poder hacer, tales como ser más valientes, como poder volar, poder nadar, no tener que trabajar, etc.


En ningún momento se toma en consideración que la naturaleza es despiadada y que se rige por la ley del más fuerte. Los leones no son valientes y los delfines no son felices siempre (mucho menos en cautiverio), solamente dan esa apariencia.

Esas cualidades que les atribuímos a los animales las podríamos encontrar en otros seres humanos, ¿por qué entonces no queremos ser como esas personas que han dejado huella en la historia de la humanidad? Quizá porque es más difícil o porque no es una utopía. Si de verdad queremos ser mejores, hay muchas formas de serlo y muchas personas a las que podemos imitar. Y si tanto admiramos a los animales podríamos empezar por apoyar a los grupos ambientalistas y oponernos radicalmente a que se utilicen para espectáculos, especialmente en los que se les hace sufrir, prohibir la cacería deportiva, despotricar contra los países que matan a las ballenas y proteger el hábitat de todos los animales. Es nuestra obligación como especie dominante cuidar de la naturaleza porque somos los únicos que la destruímos; no debemos olvidar jamás que estamos leyendo esto gracias a la evolución, somos parte del reino animal y preguntas como ésa no solo son absurdas sino que hacen sentir a los participantes como si la especie humana no perteneciera al reino animal.




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Foto: El Universal de México



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