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LOS PIRATAS Y CORSARIOS

Mi mami había volado a México de vacaciones con escala de compras en Nueva York. Era un tour donde todas eran mujeres.

Pero ahí estaba siempre mi papi para distraerme cuando me veía tristón. Mi papi tenía todo bajo control y procuraba mantenernos felices a todos.....

- ¿ Cochocho, tienes ganas de tomarte un helado? - preguntó mi papi..

- ¡ Claro ! - respondí casi

gritando y dando saltitos a su lado.

-Entonces vamonos al italiano de la Punta que allí son los mejores – añadió.

Mi papi le encargó a Leonor cuidar bien de la Gigita, que la viera de vez en cuando, no vaya a ser que se despierte y se encuentre solita. La Leonor quería mucho a mi hermanita, siempre le cantaba canciones de cuna en quechua, sentada al costado de la camita de Gigi y después cabeceaba hasta que nosotros regresábamos. Nos subimos al Ford Mercury y tomamos la Avenida La Marina en dirección al Callao.Que pena que ya era de noche y no se podían ver los algodonales a ambos lados de la avenida, tampoco se podían ver las huacas, una a la izquierda adentro de la Feria del Pacífico y la otra a la derecha en medio del algodonal al costado de un pequeño lagito donde a veces ibamos a hacer Picnic y a refrescarnos. Seguimos por la Av.Bolognesi, siempre en dirección a La Punta, la distancia entre el mar de la izquierda y el mar de la playa de Cantolao a la derecha ya era de solo una cuadra.

Por fin llegamos a la Plaza Matriz de La Punta, allí en la ezquina con la Av. Grau estaba el restaurante del italiano, con su heladera en la entrada. No tenía vitrina con helados en molde como ahora, sino tenía una heladera de acero inoxidable con unas diez tapas redondas debajo de las cuales estaban los helados en baldes.

Los sabores estaban escritos con tiza de colores en una pizarra normal negra. Yo siempre pedía de fresa, a mi me encantaba el helado de fresa del italiano, a mi mami también. El helado de fresa estaba lleno de esas pepitas de fresa medias aciditas. Mi papi pedía siempre Lúcuma. Cruzamos a pié la calle hasta la vereda de enfrente donde habíamos cuadrado el auto, cada uno con su heladazo de dos bolas gigantes. Nos sentamos en el auto a disfrutar de nuestros helados y mi papi me contaba historias de los Corsarios que habían asaltado el Callao e incluso Lima hacía también muchisisisísimos años.

En ese entonces- decía mi papi – Habían Piratas, Corsarios y Filibusteros, todas gentes de mal vivir. Los Piratas navegaban los mares con barcos propios al no pertenecer a ningún pais tampoco tenían una bandera nacional. Por eso

habían creado su propia bandera : de color negro y con una calavera y dos huesos cruzados debajo de ella. Era el símbolo de la muerte y de terror para otros barcos, porque los piratas sólo atacaban a otros barcos para robarlos. -

Yo escuchaba con los ojos bien abiertos y con mucha atención su relato mientras daba de lametazos a mi helado.

Los Corsarios – siguió contándome mi papi – eran también como piratas pero trabajaban en verdad como agentes secretos para los ingleses. Asaltaban únicamente a los españoles, ya sean sus galeones o sus ciudades en América.

Los Filibusteros eran eran ladrones del mar. Robaban de todo, por eso es que la gente los apodaba las « ratas de mar ».

¿Estuvieron también aquí ? Pregunté a mi papi ….

-Los corsarios Drake y Morgan estuvieron aquí y seguramente caminaron por ésta misma calle donde estamos ahora y seguramente se pararon a conversar aquí mismo, en ésta plaza. – me dijo señalándome la Plaza Matriz.

La verdad es que a mi se me ponían los pelos de punta al oir las historias de piratas.

¿Pero ya no hay piratas, no ? Le pregunté a mi papi…….

-No ya no los hay, eso lo podemos fácilmente comprobar – dijo encendiendo el auto.-Vamos al otro lado donde está el malecón. Ahí podemos bajar un ratito a tirar piedras al mar y a llamar a los piratas. –

¿Llamar a los piratas? – pregunté esta vez un poco asustado…

-Vamos a tratar – dijo mi papi y añadió: - yo conozco su grito secreto –

Dimos la vuelta poco antes de la Escuela Naval y subimos por el Malecón Pardo.

Ahí volvió a cuadrar el auto mi papi . Ya habíamos terminado nuestros helados así que bajamos a tirar piedras al mar. La playa era de piedras mas bien chicas y bien pulidas por el ir y venir de las olas del mar de Grau.

Bién- dijo mi papi –vamos a ver si hay piratas en el mar – añadió llevándose ambas manos a la boca preparando el grito. Era de noche y solo la Luna alumbraba el mar. En esa oscuridad las olas formaban siluetas fantasmagóricas en la superficie. Yo pasé un brazo alrededor de la pierna de mi papi y en la mano derecha retuve un par de piedras, por si acaso, para defendernos.

¡ Los Pi-raaaaaaa-tas y los Cor-saaaaaaaa-rios ! Gritó mi papi … yo me abracé

fuerte a su pierna.

¡ Los Pi-raaaaaaa-tas y los Cor-saaaaaaaa-rios ! Volvió a gritar .

Yo me abracé aún más fuerte a su pierna.

-Ves Cochocho ya no hay piratas por aquí. – dijo mi papi

- ¿Vamonos ya para la casa? Preguntó

-Sí papi – le dije –es mejor, no vaya a ser que los piratas vengan más tarde.

El no necesito preguntar dos veces y yo ya estaba metido en el auto, con la

luna bien subida, con la puerta bien cerrada y con seguro.......

Gracias papi por todos esos innumerables bellos recuerdos y por haber sabido incentivar siempre mi fantasia cuando niño...

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Foto: Reina Del Mar y Reina Del Pacifico fueron vistos juntos en El Callao, Perú in 1957. www.ssmaritime.com

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